Nuestras mascotas pueden verse afectadas por alergias alimentarias que pueden manifestarse de muchas maneras, con picores, urticaria, conjuntivitis, vómitos, irritaciones… y que a veces pueden confundirse con otras enfermedades.
En el caso de los gatos, pueden aparecer costras y úlceras principalmente localizadas en la cara, la cabeza y el cuello. El prurito es, además, intenso. La intolerancia alimentaria o reacción alérgica se puede presentar en los animales a cualquier edad, y el diagnóstico se basa en pruebas con alimentos para estabilizar al animal con una dieta básica que no le produzca sintomatología durante un periodo. El diseño de una dieta y su cambio debe llevarse a cabo por un veterinario.
Por ejemplo, en el perro y el gato esta dieta puede basarse en una fuente de proteína que no haya sido empleada con anterioridad, como carne de pavo, cordero, pescado, proteína de leche, huevo…; una fuente de hidratos de carbono de alta asimilación y escasa alergenicidad, fibra dietaria, vitaminas y minerales . Deben evitarse los suplementos que contengan conservantes o colorantes. En el caballo se puede cambiar hacia toro cereal no habitualmente consumido, y en roedores y demás mascotas también dar una comida que no se haya aportado antes.
Esta dieta puede mantenerse entre unas 5 y 8 semanas para comprobar si efectivamente los síntomas disminuyen. Habrá que tener cuidado ya que el cambio de diete puede provocar en el animal diarrea y vómitos, por eso estas pruebas deben ser indicadas por un veterinario, que será quien establezca las cantidades y supervisará el proceso.
Una vez que se obtenga la lista de alimentos que no producen síntomas se establecerá la alimentación definitiva, teniendo en cuenta que incluya calcio, vitaminas y minerales para que nuestra mascota no sufra deficiencias nutricionales.
La alergia o intolerancia alimentaria no responden completamente a los tratamientos habituales que pueden emplearse en otros tipos de alergias, como pueden ser los antihistamínicos, los antileucotrienos, los corticosteroides, la ciclosporina o la terapia con vacunas de alergenos .