Los parásitos son uno de los principales problemas que puede encontrarse nuestro gato, ya que existen muchos y pueden vivir fuera o dentro de su organismo.
Existen varios productos antiparasitarios para el gato. Uno de ellos son las denominadas pipetas, que contienen sustancias químicas que protegen al animal de pulgas y garrapatas. Se vacían en la zona de la nuca y a través del tejido y el pelo se distribuyen por prácticamente toda nuestra mascota.
Además, también existen los collares antiparasitarios, que también protegen al gato frente a garrapatas y pulgas. Asimismo, podemos proporcionarle al gato antiparasitarios en pastillas, que paralizan la multiplicación de pulgas porque los huevos no salen adelante. También previene la infección por gusanos planos o redondos.
Por su parte, los sprays antiparasitarios se vaporizan por el cuerpo del gato en dirección contraria del crecimiento del pelo, desde la cola hasta la tripa pasando por todas las partes de su cuerpo. En la cabeza lo aplicaremos con un guante y con la mano, sobre la cara y las orejas y evitaremos la zona de los ojos. También podemos aplicar sprays antiparasitarios en lugares de la casa donde el gato viva.
¿Qué son los parásitos?
Que nuestro gato tenga parásitos no implica necesariamente que desemboque en una enfermedad, ya que existen parásitos que se adaptan a su adaptador y crean una situación de equilibrio que puede romperse por diferentes motivos.
De este modo, el gato puede enfrentarse a diversas situaciones, por ejemplo, este estado de equilibrio del que hablamos, o también puede surgir una parasitosis si el parásito no logra el citado equilibrio y en consecuencia aparece una enfermedad.
El equilibrio entre parásito puede romperse dependiendo de tres factores.
- Por el parásito. La enfermedad dependerá de las propias características del parásito, su especie su ritmo de infección, su localización en el gato…
- Por el hospedador. Las características del gato también influirán en los síntomas y evolución de la enfermedad, la edad, su estado de salud…
- Por los factores ambientales, tales como el clima, el agua, la propia acción del hombre…
La prevención
Podemos evitar que nuestro gato enferme debido a la aparición de parásitos. Así, podemos aplicar medidas de control ambiental centradas en el alojamiento, higiene y forma de vida de nuestro gato. Para ello, tendremos especial cuidado con la higiene del animal, realizaremos controles de heces asegurarnos de que no hay presencia de parásitos, etc.
Por otro lado, estableceremos medidas contra vectores y hospedadores intermediarios ya que existen parásitos que requieren un hospedador intermediario en los que el parásito pasa de larva a adulto para después reproducirse en el hospedador final. En este caso podemos aplicar productos específicos en el medio ambiente, tratamientos preventivos con insecticidas y acaricidas, otros regulares con insecticida de acción repelente, etc.
Asimismo, podemos aplicar tratamientos preventivos en los hospedadores contra el parásito que habita en nuestro gato.