El basilisco verde es un reptil parecido a un dragón pequeñito. Se trata de un lagarto arborícola que no crece demasiado y que si optamos por él como mascota se adaptará fácilmente a vivir en casa. Son animales a los que no les gusta demasiado el contacto con las personas, se asustan con facilidad y no le gustan las caricias, por lo que intentaremos no tocarlo demasiado.
El basilisco verde se caracteriza por su capacidad de andar sobre el agua, resultado de la velocidad tan grande que alcanza cuando corre y de los lóbulos dérmicos que se extienden en sus patas de atrás.
La alimentación del basilisco verde
La dieta del basilisco verde se basa en insectos, también puede comer animales pequeños como ratones o polluelos. Para asegurarnos de que estamos suministrando una correcta alimentación, podemos comprar comida especializada para ellos. Los insectos los acompañaremos con un complemento de vitaminas y minerales como el calcio, especialmente hecho para reptiles. También podemos darle verdura como zanahoria y frutas como manzanas.
Los cuidados del basilisco verde
El terrario donde viva nuestro basilisco verde será espacioso para que se siente libre. Lo llenaremos con plantas, ramas y lianas para que pueda trepar, esconderse, jugar y sentirse lo mejor posible.
El terrario tendrá tres focos de calor, uno a 24 ºC (para el día), otro a 28 ºC (para la noche) y otro a 40 ºC para cuando el animal así lo requiera. También incluiremos un recipiente para que coma y otro para que beba agua y se bañe. Lo recomendable es no introducir más de un macho de basilisco verde en su interior, porque son territoriales y lucharían entre ellos.