El periquito se comporta en ocasiones de manera que no sabemos interpretar, por eso, debemos aprender a interpretar significados de las formas de actuar de nuestra mascota para entender qué le está pasando.
Por ejemplo, el periquito estará contento si se limpia las plumas contra los barrotes o se rasca la cabeza con el pico, si está intranquilo no cantará ni emitirá ruidos, y si está feliz y contento saltará de palo en palo, se moverá y estará activo. Si vemos que abre las alas puede ser que tenga calor o que esté enfadado, y cuando está descansado veremos que se sostiene sobre una sola pata. Si forma una bola con las plumas nos puede estar pidiendo una dosis extra de calor, y si la hembra se acurruca en el palo con la cola de lado le está diciendo al macho que está a punto para el apareamiento. Cuando se asuste las plumas se pegarán a su cuerpo, estirará el cuello hacia arriba y se quedará rígido.
El periquito es una mascota sociable y le gustaría vivir con otros compañeros. Veremos también ciertos comportamientos si vive acompañado, por ejemplo, se limpian mutuamente las plumas o el macho regurgita la comida a la hembra. Si no hay confianza no veremos que un periquito rasque a otro o le limpie ya que es señal de amistad.
Uno de los motivos por los que pueden surgir conflictos entre periquitos es la territorialidad. Puede haber incluso peleas. Por ejemplo, un macho atacará a otro para dilucidar quién es el dueño de un palo, o quién va a comer primero. También puede haber pelea si ponemos en una misma jaula dos machos y una hembra, ya que “lucharán” por ella. Es raro que los machos ataquen a la hembra. Por naturaleza, las hembras entre ellas se llevan mal, sobre todo si colocamos a dos con un macho en la misma jaula. La hembra sí puede llegar a atacar a un macho para evitar su “cariño” y éste siente interés por ella y ella no quiere saber nada de él. Le picará hasta que se marche.