La convivencia entre y con chinchillas

Deberemos seguir unas pautas si queremos colocar a varias juntas en la jaula.

Las chinchillas pueden vivir muchos años y debemos tener claro que la queremos como mascota porque la convivencia con ella pueda ser bastante larga. Cuando la compremos, no adquiriremos una menor de dos meses porque hasta esa edad debe estar con la madre alimentándose de su leche materna.

La chinchilla es un animal más nocturno que diurno, por lo que al llevarla a casa deberemos pensar en qué lugar la colocamos para que no nos moleste y que le proporcione la humedad y temperatura que necesita para vivir.

Los primeros días intentaremos que se acostumbre a la vida del hogar pero evitando que se estrese; después, empezaremos a interactuar con ella metiendo poco a poco la mano en la jaula con alguna golosina pero no la sacaremos a la fuerza.

Con el paso del tiempo se acostumbrará a nuestra presencia e incluso dará paseos por la casa, nos vendrá a buscar y querrá estar a nuestro lado. No obstante, no la forzaremos a nada que no quiera hacer porque es una mascota muy independiente y puede reaccionar ante una situación de estrés.

Convivencia con otras chinchillas

Las chinchillas son animales sociables pero muy territoriales, sobre todo las hembras, por lo que es mejor que convivan un macho con una hembra o dos machos (se defienden a mordiscos).

Los presentaremos, en primer lugar, en jaulas distintas, para que se huelan, se vean, pero no se toquen. Al cabo de unos días, semanas o meses los intentaremos juntar si durante ese tiempo no ha existido ningún problema. Si vemos que se pelean, los separamos otra vez. Este paso de aceptación podemos realizarlo en un sitio neutral, por ejemplo, en el pasillo (no dentro de la propia jaula), soltando a las dos chinchillas y dejando que se huelan y reconozcan. Si vemos que funciona, podemos introducirlas juntas en una jaula, si no, seguiremos realizando esta práctica hasta que se conozcan.

Además, las llevaremos al veterinario para realizar un análisis de heces para detectar posibles parásitos.

Si cuando se juntan vemos que demuestra agresividad las tendremos que separar, ya que tienen buena memoria y la enemistad puede no solucionarse nunca. Cuando existe esta situación se produce una dominancia por ser el jefe, por lo que deberemos intervenir de manera sutil para que nuestra mascota no se estrese y así podamos modificar su comportamiento.

Para ayudarnos en esta tarea podemos utilizar esencia de eucalipto, ya que a veces el problema proviene del olor de la chinchilla nueva y unas gotas de esta esencia en las orejas, lomo y zona genital puede ayudar. También las flores de Bach pueden contribuir a modificar comportamientos con un efecto efectivo aunque algo más lento.

Además, si colocamos un trozo de tela en cada una de las jaulas durante unos días y lo intercambiamos después podemos ayudar a que el olor de una le sea más familiar a la otra y viceversa.

Una vez que ya pueden convivir en la misma jaula sacaremos todo lo que haya dentro para evitar que comiencen con el sentido de la permanencia; limpiaremos y desinfectaremos todo bien y pondremos sustrato nuevo.

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