Dirofilariosis canina

Es una enfermedad compleja que puede presentar numerosas variaciones individuales.

La dirofilariosis canina, también llamada gusano del corazón, es una enfermedad que está provocada por el parásito Dirofilaria immitis y que se transmite por la picadura de los mosquitos en el momento que al picar al animal introducen el parásito en nuestra mascota.

El parásito se desarrolla en el interior del mosquito y se localiza en el aparato picador por eso, cuando pica a otro animal, deja ese parásito debajo de su piel. Después, la Dirofilaria se traslada por la sangre a través de la herida que ha dejado el mosquito, y tras atravesar diferentes tejidos se vuelve parásito adulto y a los tres meses llega al corazón. Pasados los seis a siete meses después de la infección inicial se forman nuevos parásitos dentro del organismo del perro, las llamadas microfilarias.

Una vez dentro del corazón del perro, los parásitos jóvenes pueden llegar a medir 6 centímetros, los machos entre 13 y 16 y las hembras adultas de 25 a 30.

Los síntomas de la dirofilariosis canina

Los síntomas más habituales de dirofilariosis canina son tos y dificultad respiratoria. Asimismo, el animal puede tener falta de apetito, intolerancia al ejercicio, cansancio, hemorragias nasales, fiebre o pérdida de peso. Normalmente existe un periodo en el que el animal no tiene síntomas, que puede durar meses o años, según el número de parásitos adultos, de cómo reaccione el organismo del perro y del tiempo de infección. Por eso, debido a este periodo asintomático, es bueno que el animal acuda al veterinario para saber si se encuentra infectado.

Una vez desarrollada la enfermedad, los parásitos de la dirofilariosis canina pueden producir lesiones en órganos importantes del perro como el corazón, arterias pulmonares, pulmones, hígado y riñones.

De este modo, los parásitos obstruyen los vasos que salen de corazón e interfieren en el funcionamiento de las válvulas cardiacas. Esto provoca que el corazón no sea eficiente y puede conllevar un fallo cardiaco.

Según los expertos, todos los casos de dirofilariosis canina se pueden tratar con éxito, incluso los que han creado el denominado síndrome de la vena cava (que produce una muerte súbita del animal). La degeneración de los órganos según el proceso o un diagnóstico tardío pueden ser las dos únicas causas que puedan terminar en fracaso.

La prevención a través de productos específicos, test de control y una seguridad mínima resulta fundamental ya que es una enfermedad que puede ser grave para nuestra mascota.

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