Esterilizar gatos

Cuando tienes un gato surgen dudas sobre si será bueno proceder a su castración.

Cuando comienzas plantearte si castrar o no a tu gato puede ser que su comportamiento sexual haya comenzado a dar problemas. En el caso de las gatas, no es recomendable que tenga una camada antes de esterilizarlas, ya que el hecho de tenerla no mejora su estado físico ni psicológico, de hecho, puede crear un conflicto familiar a la hora de tomar la decisión de qué hacer con los cachorros. Además, la esterilización hará que tu gata sea más cariñosa y hogareña.

Por otro lado, según podemos leer en la página web de Purina, los gatos macho que no están castrados marcan su territorio mediante su orina de intenso olor acre y, además, se van en busca de hembras en celo, lo que conlleva un riesgo de perderse, lesionarse o incluso morir atropellados por un vehículo, algo que por desgracia suele pasar. Por otro lado, los machos en celo pelean con otros gatos y pueden provocarse heridas y contaminarse de enfermedades mortales para los felinos. En consecuencia, la castración disminuye los impulsos agresivos de tu gato y convierte a tu compañero en más afectuoso y tranquilo. Y, igualmente, hace disminuir su interés por salir al exterior y, en consecuencia, se evitarán las lesiones antes comentadas por peleas, accidentes, etc.

Respecto al posible aumento de peso, la castración en sí misma no lo provoca de forma directa. No obstante, la esterilización quirúrgica puede generar un sobrepeso como consecuencia de ligeras modificaciones del metabolismo; por otro lado, el nivel de actividad disminuye con la edad. Si tu gato se engorda tras la castración, la solución es simplemente reducir la cantidad de comida que le sirves y aumentar su nivel de ejercicio o bien pensar en cambiar a un alimento preparado especialmente formulado para gatos castrados.

La intervención consiste en la eliminación de los dos testículos en los machos y de los ovarios y el útero en las hembras. Consulta sobre la edad apropiada para realizar la castración, ya que aunque se pueden practicar desde los dos meses, las preferencias pueden variar según las clínicas veterinarias.

Tras la operación conviene tener el gato en casa durante unos días, mantenerlo tranquilo y evitar que salte o se muerda los puntos de sutura de las heridas. Tu veterinario te explicará detalladamente los cuidados postoperatorios sobre si los puntos deben extraerse o si desaparecerán pos sí mismos.

Una vez realizada la intervención, deberemos tener tranquilo al gato en casa. Como siempre, será el veterinario quien te dé las pautas tanto para el pre como para el post operatorio.

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