Llega el frío… ¿cómo protejo a mi mascota?

Han bajado las temperaturas y debemos cuidar a nuestros animales de manera especial.

Esta semana han bajado las temperaturas y todos lo hemos notado. Nuestras mascotas, también. Por eso, precisan una serie de atenciones especiales ya que estar expuestos de forma prolongada al frío puede romper sus mecanismos de regulación térmica corporal.

Las atenciones ante la bajada de temperaturas deben extremarse en los cachorros y en perros mayores o enfermos, ya que son más sensibles. En estos casos, evitaremos que estén expuestos al frío la mayor parte de tiempo, puesto que incluso un rato corto puede conllevar riesgo.

Las mascotas se enfrentan, además, a cambios bruscos de temperatura ya que pasan del calor del interior del hogar al frío de la calle cuando salen a pasear… En el caso de los perros mayores, por ejemplo, el problema se agrava ya que sufren de las articulaciones y el frío les hace empeorar.

Las que viven dentro del hogar van a necesitar más energía en forma de calorías porque al no realizar tanto ejercicio se acumulan en forma de grasa corporal, por lo que el frío puede provocar obesidad en nuestra mascota.

No obstante, no será necesario darle más comida aunque nuestra mascota precise un aporte calórico mayor para regular el calor de su cuerpo. De hecho, controlaremos su dieta de manera que si antes del invierno el animal ya era obeso deberemos equilibrar su alimentación con más esmero porque ya tendrá suficientes calorías acumuladas.

Los perros son animales de sangre caliente y mantienen una temperatura constante de unos 38ºC , algo que les facilita la realización de actividades y de las funciones biológicas independientemente de cuál sea la temperatura en el exterior. Pero mantener esa temperatura supone un gasto: un perro de 20 kg, en reposo y a 20ºC de temperatura ambiental consume unas 1.500-1.800 kcal. al día. Deberemos tener en cuenta también otros aspectos como el pelo, el tamaño y la grasa, cuanto menos tenga de todo ello más calor pierde.

Por otro lado, hay muchos animales que pasan la noche fuera del hogar y si nuestro perro duerme fuera, deberemos proporcionarle un lugar especialmente preparado para ello: la caseta deberá ser impermeable y el techo deberá estar protegido con aislantes y poliuretano. Si es de madera y goma dará más calor y estará protegido del viento.

Al igual que nosotros, nuestra mascota puede enfermar a causa del frío. Los problemas del aparato locomotor (artrosis o artritis) se agravan con el descenso de temperaturas. Además, pueden contraer traqueobronquitis infecciosa, una enfermedad de carácter vírico no especialmente grave pero sí difícil de curar, que se puede prevenir a través de la vacunación. Provoca síntomas como tos, fiebre elevada, mucosidad y vómitos.

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