Llega la Navidad…

… y debemos tener especial cuidado con nuestras mascotas.

Ya queda menos para la Navidad y aunque a priori se trata de una época buena, para nuestras mascotas no lo es tanto, ya que son días de convivencia con mucho ruido y rutinas alteradas.

En lo que se refiere al ruido que puedan provocar, por ejemplo, los petardos en Fin de Año, nuestros animales de compañía pueden sufrir estrés debido al temor que éste les genera. El miedo al ruido es algo innato para ellos y se debe a la gran sensibilidad que tienen para los estímulos sonoros de gran intensidad.

Los perros, por ejemplo, pueden captar grandes densidades de ondas por segundo por lo que perciben sonidos que para los humanos son imperceptibles. Por eso cuentan con una gran hipersensibilidad auditiva que les provoca mucho miedo ante ruidos como explosiones, y pueden producir en ellos reacciones como huidas, miedo o agresividad.

Además del ruido que se produce en el exterior, el interior de nuestra casa también está alborotado y supone otra fuente de peligro para nuestra mascota. De hecho, ya sólo las luces, bolas y adornos navideños que colocamos en casa pueden convertirse en una trampa para ellos.

Se trata de objetos brillantes que resultan atractivos a la vez que peligrosos. Deberemos enseñarles que no se tocan, pero como no siempre será posible ni sencillo, tomaremos algunas precauciones para evitar accidentes.

Cuando decoremos el árbol y el resto de la casa deberemos tener en cuenta la altura de nuestra mascota porque si los ponemos muy bajos los alcanzará fácilmente. Tampoco dejaremos a mano los adornos pequeños que el animal pueda tragarse, ya que al ser llamativos por su color y querrá jugar con ellos.

También habrá que tener cuidado con los cables eléctricos de las luces del árbol de Navidad, con las propias luces (que no las mastique ni las muerda) que desenchufaremos si nos vamos de casa, las bolas (están hechas de material que al romperse es cortante), serpentinas o lazos (pueden provocar asfixia o enroscarse en el intestino), las velas o elementos con fuego o plantas navideñas que puedan resultar tóxicas.

Un truco que podemos hacer es rociar los adornos y el árbol de Navidad con un repelente natural de cítricos que hará que nuestra mascota no se acerque.

Cuidado con la alimentación

La Navidad es también época de comer en abundancia y deberemos tener cuidado de que nuestra mascota no coma dulces o turrones para evitar así intoxicaciones o gastroenteritis. No le daremos cosas con huesos ni chocolate y no variaremos la dieta del animal, evitando darle de nuestra comida.

Viajes

También puede ocurrir que vayamos a casa de familiares con nuestras mascotas, hecho que también puede provocarles estrés, simplemente por el cambio de domicilio.

En el caso de los gatos, si no nos marchamos más de cuatro día, podemos dejarlo solo en casa con comida y bebida a su disposición, con todo cerrado y asegurándonos que las puertas no se cierren por una corriente dejando al animal lejos de su comida.

También puede producirse una situación de agobio en la propia casa cuando son otras personas las que vienen. Esto produce estrés en la mascota.

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