Madrid multiplica por seis las inspecciones en establecimientos de animales de compañía

Cada año se realizan cerca de 600 registros.

La Comunidad de Madrid ha intensificado su campaña de inspección de establecimientos dedicados a la venta de animales, así como de residencias, clínicas veterinarias o criaderos. Desde 2008, el Gobierno regional ha multiplicado por seis el número de inspecciones hasta llegar a las casi 600 anuales. Las inspecciones en estos establecimientos suponen aproximadamente el 25% de todas las realizadas, según informan desde la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en una nota de prensa.

Los técnicos de dicha área vigilan especialmente las condiciones higiénico-sanitarias en las que se encuentran los espacios destinados a albergar a los animales, en los que en ningún caso se pueden dar situaciones de hacinamiento. Los técnicos supervisan el estado de estas instalaciones, que deben estar limpias, así como las condiciones higiénicas de las propias mascotas.

Una de las cuestiones más importantes para los técnicos pasa por comprobar que no se aprecien síntomas de enfermedad en los animales. De hecho, es obligatorio que estos establecimientos dispongan de un servicio de atención veterinaria, bien directamente o bien concertado con alguna clínica.

Durante 2011 Madrid interpuso 15 sanciones por la venta de animales enfermos, una de las infracciones más habituales detectadas por los técnicos regionales junto con la ausencia del certificado de registro, que generó otras 16 sanciones. También se sancionó a otros tres establecimientos por presentar condiciones inadecuadas para el alojamiento de los animales.

La infracciones sancionadas por la Comunidad se dividen en leves, cuyas sanciones van desde los 30 a los 1.202 euros, y las graves, que llegan a los 2.404 euros. Entre las primeras se encuentra la venta de animales de compañía a menores o incapacitados sin autorización de sus tutores o el transporte de animales vulnerando los requisitos establecidos al efecto.

Las más graves se refieren al mantenimiento de los animales sin la alimentación necesaria o en instalaciones indebidas desde el punto de vista higiénico-sanitario e inadecuadas. También contempla como falta grave la esterilización, la práctica de mutilaciones y el sacrificio de animales, la no vacunación o realización de tratamientos obligatorios o la ausencia de licencias y permisos.

La infracciones más frecuentes detectadas por los técnicos se refieren a la ausencia de certificado de registro, la venta de animales enfermos, condiciones inadecuadas, libro de registro no actualizado, falta de comunicación de partes de incidencias sanitarias, ausencia de zona de cuarentena o aislamiento y falta de comunicación de bajas.

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