Si hemos decidido tener una serpiente en casa lo primero que debemos hacer es informarnos bien de qué posibilidades existen en cuanto a razas y cuál de ellas se adapta mejor a la vida dentro de casa. Algunas especies son más fáciles de cuidar que otras y se convierten a aptas para una convivencia diaria; otras, en cambio, precisan de cuidados muy específicos y del consiguiente tiempo para atenderlas correctamente.
Los expertos recomiendan apostar por una serpiente que haya nacido en cautiverio para asegurarnos de que los instintos estén más controlados y está acostumbrada a vivir con los humanos.
Deberemos tener en cuenta que las serpientes pasan por el proceso de muda de piel, algo que ocurre en una sola pieza. Cuando esto sucede, la serpiente tiene menos apetito, cambia de color sus ojos… Podemos bañarla con agua tibia para favorecer la muda.
En cuanto a la serpiente más adecuada si tenemos niños en casa, existen especies concretas para edades concretas. Las más idóneas para los niños pueden ser las serpientes de maíz y las pitones reales. La serpiente de maíz come roedores y es muy dócil en sus cuidados y las pitones reales son muy adecuadas para comenzar y deberemos apostar por un ejemplar criado en cautiverio y no encontrado en la naturaleza. La alimentación de ambas es sencilla y se convierten en perfectas compañeras.
Otra serpiente adecuada para principiantes es la pitón de la India, de fácil convivencia con otras especies y sencillos cuidados. Necesita un terrario grande para que se mueva tranquilamente y tener agua disponible. También se puede optar por una serpiente de leche.