Cuando adquirimos un perro también admitimos una serie de obligaciones. No es un animal que se cuide solo, ni tampoco un juguete que coger y tirar cada vez que nos plazca. Al can hay que darle una educación y unos cuidados. Básico para que el animal tenga una vida decente y saludable es que salga a la calle de manera habitual. Pasear a mi perro es imprescindible.
No hay mejor manera de pasear a un perro que tratar de vivir el momento, no como una obligación, sino pensando que es un tiempo de esparcimiento, relajación y un espacio para compartir vivencias con el animal. Hay que conseguir que los paseos sean momentos de disfrute para el perro y para nosotros.
Pasear al perro debe ser algo divertido
Depende de cada uno de nosotros el pasarlo bien con el can. En nuestra mente está convencernos de ello. No hay tácticas ni trucos infalibles. Si no tenemos voluntad, será imposible. Pero si estamos dispuestos a ello, no será nada difícil. Aquí van una serie de consejos:
- Correa: cuántas veces hemos visto a un dueño que va a tirones detrás de su perro. Parece que es el animal el que saca a pasear al humano. Hay que enseñar al perro a pasear con la correa.
- La hora: de media los perros deben salir tres veces al día. Obviamente habrá que ajustar estos paseos a la agenda de cada uno. Sin embargo, en la medida de lo posible, lo ideal es salir por la mañana pronto, después de comer para mejorar la digestión y por la noche con el objetivo de acostarnos tranquilos y relajados.
- Educación: está bien que le demos libertad al perro, no obstante, hay también que enseñarle a que nos haga caso. Nuestra llamada debe ser una orden para él. Si logramos que responda siempre a nuestra voz, evitaremos disgustos como que se pierda, se cruce la calle cuando vienen coches o termine peleando con otros perros.
- El lugar: de vez en cuando es bueno que demos paseos largos con el perro. Serán positivos para él y para nosotros. Pero de manera habitual, lo mejor es que vayamos a un lugar en el que pueda divertirse: un parque, la orilla de un río, el campo. Un espacio para esparcirse y compartir tiempo con sus semejantes.
Como vemos, pasear al perro puede ser una actividad realmente divertida. Y no sólo para él.