Pastor aleman

Proveniente de antiguas razas de pastoreo y granja, y asociado por siglos con el hombre como sirviente y compañero, el Pastor Alemán ha estado sujeto a un desarrollo intenso. Patrocinado por el Verein für Deutsche Schäferhunde, el club de origen de la raza, fundado en 1899 en Alemania, el culto al Pastor se esparce rápidamente desde 1914 por todo el mundo. El interés en la cría ha sido fomentada por clubes especializados en muchos países como lo ha sido en los Estados Unidos por el German Shepherd Dog Club of America.

Desde un inicio y hasta ahora ha sido un perro de trabajo, el Pastor Alemán se ha desarrollado temperamental y estructuralmente mediante una cría selectiva, mediante su juzgamiento, que en conjunto, ha sido de un carácter constructivo, y mediante el entrenamiento especializado. Considerando primero el lado más importante del perro – su carácter – el del Pastor se distingue para la lealtad, el coraje y la capacidad para asimilar y retener entrenamiento para un gran número de servicios especializados.

Debería ser balanceado en disposición, equilibrio, no excitable y con nervios bien controlados.

Para el trabajo típico de apiñar ovejas, no debe dispararse descontrolado o ser tímido y debe tener el coraje para proteger su rebaño de ataques de animales o humanos. Para el trabajo como perro policía, un desarrollo que siguió gracias a su aptitud natural para recibir entrenamiento, debe tener coraje también, pero además, debe ser capaz de hacer uso del gran olfato que comúnmente posee.

Como lazarillo, el Pastor Alemán debe poseer una alta inteligencia y discriminación, que involucre las cualidades de observación, paciencia, vigilante fiel y compañero.

Estas cualidades, han encariñado al Pastor Alemán con las personas de prácticamente cada país del globo, como compañero, protector y amigo.

El Pastor Alemán no es un peleador belicoso, pero si un audaz y castigador combatiente si lo necesita ser. En su relación con el ser humano no da afecto ligeramente, tiene una abundancia de dignidad y alguna sospecha de los forasteros, pero su amistad, una vez dada, se da para toda la vida. Físicamente, el Pastor Alemán se ha desarrollado al punto de aptitud casi ideal para el trabajo al que está llamado a realizar.

Es un perro de tamaño medio con el peso suficiente para ser efectivo como pastor o perro policía, pero no suficiente para ser engorroso o abultado. Por una cuidadosa y selectiva crianza, el trote naturalmente fácil del Pastor Alemán se ha llevado a una perfección tal, que pareciera moverse sin esfuerzo.

Esencialmente es un animal trotador, su estructura ha sido modificada para el aumento de poder, elasticidad y longitud de su marcha.

Siendo las otras variables iguales, el mejor Pastor es el que cubre la mayor cantidad de terreno con el menor gasto de energía. Tan bien coordinada y harmoniosa es esta marcha que el perro parece deslizarse sin esfuerzo visible, suspendido, casi se podría pensar, que su dorso se mantiene firme y estable. La impresión del perro como una totalidad es una combinación de nobleza, poder y agilidad.

Debe ser bien balanceado, cuarto trasero y delantero deben compensarse el uno al otro en su desarrollo.

Su contorno debería ser suave y parejo, y la línea dorsal del perro, desde la oreja a la punta de la cola, una sucesión armoniosa y única de curvas continuas.

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