El perro Hovawart es un buen compañero de los niños, fácil de adiestrar y con el que se puede convivir muy bien. Precisa de largos paseos y ejercicio físico para ejercitar su cuerpo, así como de mucho contacto con sus amos. Es valiente, protector, estable, juguetón y curioso, además de inteligente, obediente y trabajador. Por lo general, el Hovawart tiene tendencia a ser reservado con las personas extrañas, por lo que si lo socializamos cuando son cachorros podremos conseguir que los acepte bien, así como a otras mascotas. Si se quedan solos demasiado tiempo o se aburren pueden llegar a presentar conductas algo destructivas.
El Hovawart es originario de Alemania. Allí, los granjeros lo utilizaban como protección para sus animales y sus propiedades, y se trata de una raza muy antigua que ya era mencionada en el código legal alemán en el año 1275. El pelo del Hovawart es denso, largo, algo ondulado y puede ser de color negro, negro y fuego, o rubio.
El perro Hovawart puede sufrir displasia de cadera y problemas de tiroides, aunque por lo general se trata de una raza que goza de muy buena salud. Suele perder pelo y para cuidarlo será necesario un cepillado regular. El baño frecuente se debe evitar, únicamente cuando esté sucio. No es un perro para vivir en un piso ya que necesita mucho espacio para realizar actividad física, saltar, jugar… Le gusta estar al aire libre y es una raza con la que poder llevar a cabo agility y otras disciplinas caninas.
En cuanto a la alimentación del Hovawart, lo más cómodo es optar por piensos comerciales con una ración de entre 600 y 800 gramos diarios.
Foto: www.hovawartzucht-von-den-raubrittern.de