Algunas plantas que tenemos en casa pueden resultar tóxicas para nuestras mascotas, bien a través de un simple contacto o por ingestión. Los síntomas que pueden aparecer pueden ir desde una reacción en la piel hasta diarreas y vómitos e incluso convulsiones o llegar a entrar en coma si la intoxicación es grave.
Existen algunas situaciones que predisponen a nuestras mascotas a entrar en contacto con las plantas que tengamos en casa. Por ejemplo, si tienen poco espacio pueden sufrir ansiedad y volverse un poco agresivos, destruyendo lo que tengan a su alrededor. Si están aburridos o se sienten solos también pueden encontrar en las plantas un entretenimiento que puede ser nada divertido…
Algunas de las plantas tóxicas para las mascotas que se pueden encontrar en cualquier casa son las azaleas (Rhododendron), estrella federal (Euphorbia pulcherrima), potus (Scindapsus spp), Difenbaquia (Dieffenbachia), Crotón (Codiaeum variegatum), Hortensia (Hydrangea macrophylla), múerdago (Ilex aquifolium), Narciso (Narcissus pseudonarcissus), laurel de jardín (Nerium oleander), jardin del paraguay (Brunfelsia pauciflora), ortiga (urtica urens), paraiso (Elaeagnus angustifolia), marihuana (cannabis), helecho macho (Dryopteris filix-mas), violeta de los Alpes (Cyclamen persicum), etc.
Si la mascota ha ingerido alguna planta tóxica debemos, primero, ver qué planta ha sido, cuánto ha comido y hace cuánto tiempo a ha pasado, y ver qué síntomas presenta el animal. Podemos inducir el vómito para que no se absorba el principio activo que pueda dañarle, pero hay que tener cuidado con esto, ya que si la planta que ha comido tiene como principio activo el oxalato de calcio estaría contraindicado el vómito por la acción irritante de los cristales. Tampoco es bueno darle leche porque algunos tóxicos se absorben mejor en un medio graso. Como siempre, lo fundamental cuando pase esto es acudir al veterinario que será quien sepa cómo eliminar del organismo aquello que está dañando a nuestra mascota.