La sarna sarcóptica canina es una enfermedad cutánea ectoparasitaria muy contagiosa, pruriginosa, no es estacional, aunque tiende a aparecer más en invierno, que afecta a perros y su agente etiológico es un ácaro.
El ácaro escarba la superficie epidérmica, cava galerías y deposita huevos. Esto provoca un picor muy intenso al profundizar la penetración, de los huevos nacen larvas, ninfas y adultos que se reproducen nuevamente sobre la superficie de la piel.
La sarna sarcóptica canina afecta a perros de todas las edades y razas que puedan verse expuestos a un perro portador de dos a seis semanas antes de los síntomas clínicos.
El síntoma mas importante de la sarna sarcóptica canina es el prurito que no responde a los corticoides (es la única afección donde el perro se rasca delante del veterinario, durante la consulta).
Clínicamente con la sarna sarcóptica canina aparece alopecia y reacción inflamatoria en el borde de orejas, codos, tarsos, abdomen ventral y tórax ventral, que rápidamente se cubren de costras. Si se vuelve crónica puede aparecer alopecia alrededor de los ojos, afección ventral de todo el tronco, excoriaciones y piodermias secundarias.
Además, otros perros e incluso personas que convivan con animales enfermos pueden presentar síntomas.
En cuanto al tratamiento de la sarna sarcóptica canina deberemos bañar dos veces a la semana al paciente con un buen champú antiséptico, fumigar los ácaros del ambiente y tratar todos los animales que conviven con el enfermo.
El tratamiento del paciente en sí consiste en estos baños, aplicación semanal de Ivermectina al 1% excepto en los Collies o sus cruces, Milbemicina Oxima vía oral, o bien utilizar baños semanales clásicos con organofosforados y piretroides.
El ser humano puede sufrir las picaduras en brazos y cintura, pero no necesitan tratamiento ya que se son autolimitantes, en la medida que la mascota se cure.