La seborrea canina es una enfermedad de la piel caracterizada por la formación de tejido corneo o queratinización además de por la producción en exceso de grasas y un funcionamiento exagerado de las glándulas sebáceas.
Existen tres tipos de seborrea canina:
- La seborrea canina seca provoca una descamación excesiva y afecta principalmente a razas como el setter irlandés o el pastor alemán.
- La seborrea canina oleosa se caracteriza por un predominio de grasa sobre la piel y sobre el pelo, y las escamas se adhieren como liendres. Este tipo se da sobre todo en razas como Cocker Spaniel, Shar Pei y Basset Hound.
- La dermatitis seborreica canina combina una seborrea oleosa con una inflamación importante de la piel.
Los síntomas de la seborrea canina es descamación, placas de escamas y grasa en orejas, pliegues del cuerpo, cara, región perianal, etc. También puede observarse placas de inflamación del piel (en el caso de la dermatitis seborreica) que están cubiertas por escamas grasosas y desprenden un olor fuerte.
Las causas de la seborrea canina pueden ser varias, el animal puede nacer con ella (origen primario) o llegar fruto de alguna patología como alergias, parásitos, enfermedades autoinmunes, deficiencias nutricionales (falta de vitamina A o de zinc) y endocrinopatias (origen secundario).
En cuanto al tratamiento, en caso de seborreas secas bañaremos al animal semanalmente con azufre y ácido salicílico y con peróxido de benzoilo, sulfuro de selenio o coal tar en el caso de las seborreas grasas. Si es primaria (ha nacido con ella) es recomendable administrar retinoides y combatir las infecciones micóticas o bacterianas asociadas. Complementaremos la dieta con ácidos grasos Omega 3 y sólo usaremos corticoides si es un caso muy extremo. Por supuesto, todo el tratamiento debe estar siempre indicado por el veterinario, que será quien nos diga qué debemos aplicar en cada caso.
Si la seborrea canina es secundaria lo primero es tratar la causa principal que está causando el problema en nuestro perro.