La taurina es un aminoácido presente en la carne y resulta fundamental para la vista, el corazón y la reproducción de los gatos. También es imprescindible para formar las sales biliares que contribuyen a una correcta digestión. No forma parte de las proteínas, si no que se encuentra libre en los tejidos del organismo de nuestra mascota.
Los gatos son capaces de sintetizar taurina a través de otros aminoácidos, pero no pueden hacerlo en una cantidad óptima para mantener los niveles adecuados y, por eso, es necesario que reciban un aporte extra incluyendo carne en su alimentación. De hecho, la carencia de taurina en el gato puede provocarle insuficiencia cardíaca, ceguera o crecimiento insuficiente.
Encontramos taurina en la comida seca, que conforma el mayor porcentaje de la dieta de los gatos. Generalmente no figurará en el listado de ingredientes ya que se incluye en los mismos de manera natural, aunque si la carne no contiene taurina en cantidades suficientes y la han añadido con posterioridad, sí aparecerá reflejado. En la comida enlata sí deberá estar señalado como ingrediente, puesto que debe tener el doble de taurina que el alimento seco.
De este modo, los gatos que se alimentan de forma saludable tendrán los ojos limpios y sanos, ya que la taurina es fundamental para el desarrollo y correcto funcionamiento de las células de la retina del ojo, que pueden llegar a morir si no hay suficiente taurina.
También tendrán un corazón fuerte, puesto que la taurina también regula el funcionamiento del músculo cardíaco y si se debilita puede producir un paro; y crecerán y se reproducirán de manera óptima.
Para comprobar si una dieta tiene un adecuado contenido de taurina podemos medir sus niveles en la sangre del gato que durante un tiempo haya comido esa dieta. De este modo, la Asociación Americana de Oficiales del Control Alimentario, entidad que establece los estándares de fabricación, distribución y venta de comida para animales, obliga a medir la concentración de taurina en sangre después de 26 semanas de alimentación con una dieta ensayo. También obliga a realizar mediciones a las seis semanas de lactancia en las mamás gatas y a las diez semanas de haberse producido el destete en los gatos.