La torsión de estómago en los perros es una enfermedad grave que debe tratarse urgentemente ya que puede provocar la muerte del animal. Tiene una tasa elevada de mortalidad.
Las causas de esta patología no están todavía claras, aunque los expertos afirman que se debe a una acumulación de gases que provocan que el estómago se dilate. Los ligamentos que lo fijan no pueden sujetarlo y el peso del bazo provoca un giro del intestino. El riego sanguíneo se colapsa por el estrangulamiento de venas y arterias del estómago y la sangre no puede llegar a otros órganos vitales ni se puede oxigenar bien. Llegan las arritmias cardíacas y un shock que podría provocar la muerte.
Existen razas de perros con más propensión a padecer la torsión gástrica, como son el pastor alemán, san bernardo, dálmata… Son perros con pecho profundo y estómago grande y distendido.
Los factores que pueden desembocar en una torsión de estómago son comidas abundante, comer rápido, comer y beber mucho después de hacer ejercicio, estrés durante la comida, etc.
En cuanto a los síntomas, el perro se mostrará inquieto y mirará hacia el estómago o el suelo. La zona abdominal estará inflamada y el animal intentará vomitar sin conseguirlo.
Es bueno prevenir la aparición de esta patología dando comida en dos raciones diarias como mínimo, evitando el ejercicio después de comer y controlando la ingesta de agua después de las comidas, así como el estrés durante su transcurso.
