Tortuga mora, cuidados y salud

tortuga mora

La tortuga mora, científicamente “Testudo graeca”, puede medir, aproximadamente, 18 centímetros, al menos los ejemplares existentes en España. Una de sus señas características es que el caparazón suele ser amarillo y verde y es muy abombado. Aunque no es esta una característica fija, ya que en algunos casos también podemos encontrar tortugas moras con el caparazón totalmente negro.

La cabeza es amarilla y sus ojos son muy saltones. Especificidad que sí puede ser un buen baremo para distinguirla de otras especies de tortugas. En la parte trasera del muslo posé un espolón y en las patas delanteras tiene cinco uñas, por cuatro en las traseras. La tortuga mora hembra es más grande que el macho. Esto se debe a que estas especies crecen hasta el momento en el que alcanzan la madurez sexual, y eso ocurre más tarde (entre los 8 y 10 años) en el caso de las hembras.

En España solo hay tortuga mora en tres emplazamientos. Por lo que no es nada descabellado que esta especie está en peligro de extinción en este país. Sobreviven en hábitats áridos y semiáridos, poco lluviosos y con abundancia de matorrales. En España las podemos encontrar en Mallorca; en el sureste del país, sobre todo en Almería y Murcia, y también en Doñana.

Alimentación y comportamiento de la tortuga mora

La tortuga mora se alimenta, sobre todo, de cardos, romero, alfalfa, es decir, de plantas silvestres. En ocasiones comen animales muertos, aunque no es lo más habitual. Las hembras lo hacen con mayor asiduidad que los machos. Beben agua y, también, la utilizan para lavarse.

Su temperatura depende de la exterior. Por la mañana se ponen a merced del sol para calentar su cuerpo. Aproximadamente a los 27 grados necesitan escarbar un agujero en el suelo para resguardarse. La tortuga mora no come nada en otoño y comienza su periodo de hibernación en noviembre o diciembre.

En estado salvaje la tortuga mora es muy complicado que supere los 20 años de vida. En cautividad puede llegar a los 60. Otra característica destacada es que ven muy bien: son capaces de distinguir formas y colores y, cuando subsisten en cautividad, pueden llegar a diferenciar a las personas.

El cortejo para la reproducción comienza a llevarse a cabo después de la hibernación y las hembras ponen huevos tres o cuatro veces al año.

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