La toxoplasmosis en los gatos

Los órganos más frecuentemente afectados son el hígado y el pulmón.

La toxoplasmosis es una enfermedad producida por un parásito protozoario (microscópico) de la familia de los occidios llamado Toxoplasma gondii, puede afectar a todos los animales de sangre caliente inclusive al ser humano y es de distribución mundial.

Entre los animales de importancia epidemiológica tenemos todos los de consumo habitual, (cerdo, ovino, bovino, caprinos, etc.) y los no tradicionales (como la liebre, vizcacha, etc.). También las aves y los insectos (moscas, cucarachas) pueden ser portadores del parásito y diseminarlo ampliamente.

Los felinos son los únicos animales donde el parásito produce huevos, por esto se llaman huéspedes definitivos; en el resto de los animales el parásito no produce huevos y se llaman huéspedes intermediarios.

Según estadísticas de Estados Unidos, entre un 30 y 80% de gatos de vida libre de ese país han sufrido la infección por el toxoplasma, y las causas estarían en el consumo de presas vivas y la presencia creciente en ese medio del virus de la Inmunodeficiencia Felina que predispone a infecciones y parasitosis secundarias.

Cuando un felino (doméstico o salvaje) ingiere tejidos animales contaminados o huevos infectantes de toxoplasma del medio ambiente, estos llegan al intestino, se reproducen y forman huevos (coquistes) no infectantes o inmaduros, que se eliminan con la materia fecal. Al cabo de 1 a 5 días maduran (en el medio ambiente) y se convierten en coquistes infectantes. Estos coquistes eliminados se diseminan por aire, agua o insectos.

La eliminación de coquistes por un gato enfermo dura de 15 a 20 días. Durante este tiempo el gato va formando anticuerpos contra el parásito hasta que llegan a controlar la enfermedad y se suspende la eliminación de huevos.

El gato, por lo común, adquiere la enfermedad cuando es muy joven, (entre los 2 y 4 meses de edad) debido a que en ese momento comienza a consumir carne cruda suministrada por su propietario (o a cazar presas bajo la supervisión de su madre).

Cuando toma contacto con el toxoplasma desarrolla la enfermedad en forma intestinal, la cual puede ser totalmente asintomática o presentar diversos grados de diarrea. Cuando se desarrolla la fase extraintestinal, la enfermedad solo da síntomas en un porcentaje muy reducido de gatos y cuando esto ocurre los signos clínicos son difusos como: fiebre, decaimiento, anorexia, (falta de apetito) y leve disnea (disfunción respiratoria) por neumonía. Los órganos más frecuentemente afectados son el hígado y el pulmón. Son bastante comunes las lesiones oculares, caracterizadas por uveitis, hemorragias y desprendimiento de retina (Hay que hacer fondo de ojo para verlas).

Es necesario destacar que esta fase extraintestinal generalmente ocurre en gatos con déficit de su sistema inmune, como, por ejemplo, los cachorros, gerontes, animales con el virus de la leucemia felina o de la Inmunodeficiencia Felina y bajo tratamiento oncológico o de enfermedades inmunomediadas.

En el gato, la transmisión se produce por:

  • Ingestión de carnes o vísceras con quistes tisulares en animales de consumo (ovinos, caprinos, porcinos, bovinos, etc.) que lo adquieren por las pasturas contaminadas y en presas vivas como roedores, pájaros, cucarachas, etc.
  • Por la ingestión de huevos maduros del suelo, eliminados por otro gato enfermo. Estos huevos infectantes son muy resistentes en el medio ambiente, pudiendo ser viables desde varios meses a varios años.

El diagnóstico

La toxoplasmosis intestinal se puede sospechar por análisis de materia fecal y de sangre. Los coccidios de pequeño tamaño que se observan en un análisis coproparasitológico, pueden hacer sospechar la infección, no es un diagnóstico definitivo porque hay otros coccidios pequeños, pero son para tener en cuenta. Es importante hacer estos controles periódicamente, 2 ó 3 veces por año, en lugares de alto riesgo como criaderos, refugios, gatos de vida libre, etc. La toxoplasmosis extra intestinal se diagnostica por análisis serológicos seriados, donde se detectan los anticuerpos contra el parásito, que generalmentee están muy altos. Se deben hacer varios con intervalos de 2 o 3 semanas para no confundirlos con los producidos en una antigua infección que ya fue superada.

Otros métodos complementarios, como la radiografía de tórax, el fondo de ojo, la citología de líquidos corporales, son útiles para aproximarse al diagnóstico. No olvidar que todo gato sospechoso o confirmado de toxoplasmosis debe ser evaluado para leucemia e Inmunodeficiencia vital felina.

La prevención

  • Evitar la ingestión de carnes y vísceras crudas.
  • Evitar la ingestión de presas vivas como roedores, pájaros, cucarachas, etc. Un collar con cascabel puede ser útil para evitar la captura de presas vivas.
  • Evitar contacto con materias fecales de otros gatos (sobre todo de vida libre).
  • Controlar especialmente las hembras madres en los criaderos ya que también puede haber transmisión transplacentaria en el gato.

El gato solo se enferma al consumir carne cruda, presas vivas o estar en contacto con un medio contaminado con materias fecales de gatos enfermos o sospechosos.

Los alimentos balanceados son la fuente más segura y completa de alimentación. Si todos los gatos del mundo comiesen solo alimentos balanceados, la toxoplasmosis prácticamente no existiría.

Con la eliminación diaria de la materia fecal del gato no hay peligro de contagio aun en los momentos de eliminación de huevos.

La fuente más común de infección para el hombre es el consumo de carnes crudas o semicrudas (jugosas) y las verduras crudas mal lavadas.

La convivencia con un gato no significa ningún riesgo para sus propietarios si se tiene en cuenta una correcta alimentación y una correcta eliminación de su materia fecal.

 

Fuente: Asociación Nacional Amigos de los Animales (ANAA).

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